El incremento de los ciberataques seguirá creciendo a lo largo del tiempo, por lo que es un tema crítico para las empresas. Es fundamental que las empresas estén preparadas para un escenario cada vez más hostil y complejo de defender, en el que las empresas se enfrentan a desafíos cada vez mayores en la detección y mitigación de ciberamenazas.
En este artículo, analizamos los puntos débiles más comunes en la detección y mitigación de ciberamenazas para actuar sobre ellos y conseguir obtener una defensa completa y anticiparse a las ciberamenazas de manera efectiva.
1. Defensa insuficiente y aumento de los ciberataques
Si se cuenta con medidas de seguridad tradicionales y tecnologías que no se entienden entre sí, no se puede obtener visibilidad total de las ciberamenazas que nos afectan. Esto produce una falsa sensación de seguridad, ya que no se pueden mitigar las amenazas en una fase temprana, y cuando ocurren, es demasiado tarde. Entonces, el impacto es tan grande que, en muchos casos, ya no podemos reaccionar. Por ello, es crucial disponer de medidas de seguridad avanzadas que cubran todas las superficies de ataque.
2. Falta de presupuesto y concienciación
Las empresas que no invierten en ciberseguridad tardan un promedio de 279 días en identificar y contener una intrusión. Y por cada día que una ciberamenaza pasa sin ser detectada, el coste de recuperación y los daños aumentan exponencialmente. Es necesario fomentar una cultura digital en la empresa que posicione la ciberseguridad como parte del negocio para que su inversión sea tan prioritaria y estratégica como lo es en otras áreas de negocio.
La mayoría de las empresas que no alinean la ciberseguridad con el negocio, tarde o temprano acaban sufriendo la paradoja del castillo de naipes (link a la landing con el ebook), y son atacadas muy fácilmente paralizando el negocio.
3. Ampliación de la superficie de ataque
Hoy en día, la red corporativa se ha descentralizado y los activos de negocio se extienden más allá del perímetro corporativo interno. Esto provoca que se amplíe la superficie de ataque y sea necesario intensificar el control, supervisión y confianza sobre las conexiones y el uso dentro de la red. ¿Cómo? Mediante la implementación de soluciones de seguridad que permitan detectar y mitigar todos los riesgos en las diferentes superficies vulnerables.
4. No poder anticiparse ante los ciberincidentes
Las empresas que no cuentan con soluciones desplegadas que protejan todas las superficies de ataque ni con una estrategia de ciberseguridad definida, no tienen la capacidad de anticiparse ante las ciberamenazas. Si a esto le sumamos el aumento y la sofisticación de los ciberataques, las empresas están obligadas a cambiar el enfoque reactivo a uno proactivo; de “reaccionar cuando se produce un incidente” a «cómo puedo anticiparme de forma efectiva ante un ciberataque».
5. Falta de personal cualificado y dedicado 24/7
Cada una de las superficies vulnerables que se deben proteger traen consigo diferentes complejidades y casuísticas. Tener el know-how y tiempo para saber gestionar y controlar eficazmente todo lo que conlleva la ciberseguridad es, hoy en día, extremadamente complicado. Los equipos internos de IT porque muchas empresas no cuentan con personal cualificado con un equipo de expertos multidisciplinar que puedan tener una dedicación completa para actuar sobre todas las áreas de la ciberseguridad.
¿Cómo tener una defensa completa frente a las ciberamenazas?
Un SOC moderno es el enfoque de defensa más efectivo en comparación con un SOC tradicional. Ofrece mayores beneficios en términos de seguridad y también en cuanto a la infraestructura y eficiencia operacional.
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