La automatización de procesos nos ayuda a simplificar y homogeneizar los procesos, hacerlos más eficientes y mucho más robustos. Además, gracias a la tecnología cada uno de los procesos automatizados nos aporta mucha información valiosa para entender mejor qué hacemos y cómo trabajamos.
Por ello, la automatización no es algo aislado, sino que se debe tratar como parte de un engranaje que funciona junto con el análisis de datos, la creación de soluciones y aplicaciones de negocio, etc. ¿Pero cuál es el siguiente nivel?
La sofisticación de la automatización para reinventar procesos que aprendan, se anticipen y actúen con eficiencia
Cuando llevamos la automatización de procesos al siguiente nivel, ya no hablamos simplemente de automatizar tareas repetitivas, sino que se va más allá al combinar la automatización en sí con tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, el machine learning o RPA (Robotic Process Automation), entre otras, para diseñar, automatizar, supervisar, medir y analizar cada proceso con el fin de maximizar su potencial. Hablamos de la hiperautomatización.
Tal y como preveía Gartner, la hiperautomatización ha sido una tendencia estratégica creciente durante 2021, y lo seguirá siendo durante los próximos años, principalmente, por la búsqueda de formas más eficientes de gestionar los procesos de negocio en un entorno cada vez más cambiante y competitivo. Así, no es de extrañar que en aquellas empresas que ya están en un proceso avanzado de digitalización y entienden la nube y la innovación como palancas para progresar, la hiperautomatización de procesos sea una de sus prioridades.
Las herramientas de Microsoft Power Platform nos ayudan a transformar y a enriquecer nuestros datos – que de otra manera debería alimentar una persona de manera mecánica y repetitiva –, con el fin de alcanzar la excelencia operativa, con una mayor optimización, calidad y ahorro de costes.
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